Dr. David Nutt

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Una investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de renombre a cargo de David Nutt pone de manifiesto que en en el Reino Unido, así como en otros muchos países, no hay relación entre la clasificación de las drogas y los daños que provocan. Entonces, ¿podrían calcularse los daños que provocan las drogas para, en función del resultado, catalogarlas? Se trata de una ecuación complicada. Este equipo de científicos ha encontrado 16 formas distintas en que las drogas pueden perjudicar a la sociedad. Nueve de ellas son daños infligidos al propio consumidor y otras siete afectan a la sociedad. De modo que para cualquier droga hay que estudiar 16 grupos de datos distintos por lo que resulta bastante complejo.

Actualmente en España la legislación sobre drogas separa las sustancias en dos grupos diferenciando las que causan grave daño a la salud y las que no causan tal grave daño, sin especificar qué daños causan y sin especificar de qué drogas se tratan y por lo tanto, sin seguir un criterio científico. Investigaciones como las de David Nutt promueven que el ciudadano conozca los riesgos de cada sustancia y que la ley se apoye en los conocimientos que la ciencia aporta a este respecto, cada día más amplios, que tenemos sobre las drogas.

Pero, ¿cómo sería una nueva clasificación según el criterio de análisis de este doctor? Hay fronteras naturales, asegura Nutt, hay dos drogas muy populares que son legales. Una de ellas es el alcohol y la otra el tabaco. Ahora bien, si una droga es más peligrosa que el alcohol, véase la heroína, el crack, la cocaína o la metanfetamina, esas drogas no deberían venderse. Y si una droga se considera científicamente menos perjudicial que el alcohol, en una sociedad que permite esta bebida, no tiene sentido prohibirla. 

Gráfica de clasificación de daños de las drogas según David Nutt.

Clasificación de las drogas según el daño al consumidor

No tiene sentido prohibir ciertas drogas que son más seguras que el alcohol, mucha gente recurre al alcohol cuando no tiene alternativa y ahora que el cannabis es legal en parte de EE.UU. y en parte de España, con los clubes cannábicos, se ve que mucha gente se pasa al cannabis que es más seguro. Por eso la frontera de las drogas legales e ilegales debería ser el alcohol, regulando las drogas menos nocivas que el alcohol de la misma manera que lo hacen los clubes cannábicos, es decir, con el acceso regulado pero sin libre mercado.

Hemos sido injustos con el cannabis, afirma David Nutt. A la mayoría de gobiernos no les interesaba controlar el cannabis pero, cuando en EE.UU se abolió la ley seca había un gran contingente de policías que podían quedarse en el paro. Por eso el jefe de la agencia antidrogas decidió convertir el cannabis en una droga peligrosa que había que perseguir y a fin de justificar la existencia de este cuerpo policial exageraron los daños provocados por el cannabis y se centraron sobretodo en México y en la importación procedente de ese país.

A posteriori se incluiría en la convención de Naciones Unidas sobre estupefacientes de 1961. La mayoría de países se opusieron a la ilegalización de cannabis pero hubo mucha presión por parte de USA y también de Egipto para que se incluyera en las convenciones. Una vez algo se declara ilegal se convierte en el blanco de los responsables de hacer cumplir la ley como la policía o los funcionarios de aduanas y el cannabis es un blanco fácil porque tiene muchos consumidores, porque puedes olerlo y porque es bastante voluminoso.

¿Qué drogas deberían estar prohibidas y cuáles no? ¿Cómo explicarle a la gente los peligros y los beneficios de las drogas? ¿Cómo conseguir un equilibrio entre los beneficios y peligros de las drogas? Hasta ahora para la mayoría de las drogas sólo nos hemos centrado en los riesgos y si suponían algún peligro simplemente se prohibían provocando así dos consecuencias:

Por un lado se ha forzado a que la gente buscase drogas alternativas para sortear la ley, así que el problema a veces se ha visto agravado. Por otro lado, se ha obstaculizado la investigación, por ejemplo, al descubirse el LSD en la década de los años cincuenta se comenzó a usar para ayudar a comprender cómo funcionaba el cerebro y para contribuír a tratar a los enfermos de cáncer terminal. Fue entonces cuando los jóvenes empezaron a consumirlo produciéndose un cambio social y en consecuencia el gobierno lo prohibió y se paralizó la investigación. Entonces, durante los últimos cincuenta años no ha habido ninguna investigación sobre ese tipo de droga, si bien permitiendo su estudio se podría responder a una de las preguntas más importantes sobre el funcionamiento de las drogas en el cerebro, es decir, sobre cómo las drogas cambian la conciencia.

Hoy en día el LSD debería ser una droga catalogada por debajo del limbo de lo peligroso con respecto a otras drogas. Pero se trata de algo extremadamente difícil, debido a que para los gobiernos, una vez ilegalizada una droga, cualquier cambio de legislación o intento de modificar el estatus legal de ciertos narcóticos supone una señal de debilidad. De esta manera pasa de ser un argumento científico para pasar a ser un tema moral o político y todos sabemos que a los políticos les cuesta mucho admitir que se equivocan.

La clasificación tradicional de las drogas aceptada por el gobierno y políticos en el Reino Unido, donde las drogas catalogadas dentro del apartado A se encuentran drogas muy perjudiciales como la heroína y la cocaína y también dentro de este apartado están otras drogas no perjudiciales como el LSD y las setas alucinógenas. Así que en el Reino Unido la legislación sobre drogas no se ajusta nada a los conocimientos científicos actuales. Se supone que las drogas de clase A son las más peligrosas, las de clase B peligrosas y las del grupo C son menos dañinas, pero por razones políticas en ese país están bastante mezcladas.

Además, este psicofarmacólogo dice que habría que incluír en este grupo donde se encuentra el alcohol y el tabaco al LSD, el éxtasis y el cannabis. Drogas en cuyos efectos positivos o en cuyo potencial no pensamos nunca, dice David Nutt y apuesta por volver a investigar estas sustancias. Por ejemplo, el éxtasis, es una droga muy útil para las personas con trastornos provocados por el estrés, el estrés crónico. La silocibina, otro estupefaciente psicodélico es útil contra las migrañas y el LSD es muy útil para tratar a pacientes moribundos, les ayuda a enfrentarse a la trascendencia de la muerte. Actualmente lo que se hace con ellos es envenenarlos con opioides, así que su mente ya está muerta, mueren sin saber realmente lo que está sucediendo. En cuanto al cannabis, cada vez son más los descubrimientos que se hacen en relación a los beneficios clínicos que pueden tener ciertos cannabinoides para tratar ciertas dolencias y enfermedades crónicas como la epilepsia, reumatismo, insomnio etc.

Para terminar, David Nutt aseguró que los deportes ecuestres eran peores que algunas drogas. Siendo médico especializado a tratar a pacientes con adicción a las drogas, es decir, psicofarmacólogo, le interesa a menudo usar drogas ilegales como las anfetaminas para ayudar a pacientes con daños cerebrales. Ha tratado a muchos pacientes así. Una vez trató a una mujer de 37 años que había sufrido una caída de caballo que le había provocado una lesión cerebral cambiándole la personalidad, haciéndole perder su empleo, su marido, sus hijos… Con este caso empezó a pensar lo peligroso que era montar a caballo y descubrió que hacerlo, sobretodo si participas en carreras o saltos, es más peligroso que tomar drogas como el éxtasis. Hay más gente que se hace daño o que podría hacerse daño montando a caballo que al consumir ciertas drogas. Si hablas con jinetes, todos conocen a alguien que ha muerto o que se ha roto la espalda o que ha sufrido algún tipo de lesión grave al caer del caballo.

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