Cannabinoides ¿Futuro tratamiento contra el cáncer?

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Los últimos meses hemos estado compartiendo el apasionante trabajo de un equipo de científicos españoles basado en el estudio del cannabis y sus aplicaciones a nivel oncológico, o lo que es lo mismo, del cannabis medicinal. Curioseando por la red sobre los cannabinoides encontramos, de casualidad, un vídeo en YouTube donde una científica, la Dra. Cristina Sánchez, expone en una hora el trabajo de veinte años. Debajo de este artículo puedes encontrar el vídeo del que hablamos.

El origen de esta investigación tiene lugar cuando dos grupos de investigación comienzan a colaborar debido a la naturaleza similar entre lípidos y cannabinoides. Uno de estos grupos, dirigido por Javier Fernández Ruíz, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, trabajaba con cannabinoides. El otro, un equipo encabezado Manuel Guzmán, profesor de la Facultad de Biología en la Complutense, llevaba a cabo estudios sobre metabolismo (cómo se consumen hidratos de carbono, lípidos, etc).

El objeto de esta colaboración era analizar el efecto de los cannabinoides sobre el metabolismo energético de las células y para ello usaban astrocitos, células que se encuentran en el cerebro y que acompañan a las neuronas. El problema de este estudio era que los astrocitos son unas células de difícil accesibilidad, su obtención era cara y compleja. Para superar este problema decidieron usar un modelo similar pero de más fácil obtención: células tumorales.
Al comenzar los estudios metabólicos en estos modelos descubrieron efectos muy diferentes a los esperados, las células tumorales morían al ser expuestas a los cannabinoides. Ante estos resultados los estudios metabólicos con cannabinoides fueron pausados durante un tiempo para centrarse en los estudios antitumorales que presentan los cannabinoides.

Desde aquella colaboración hasta ahora han pasado dos decenios y las diversas investigaciones llevadas a cabo por el Observatorio Español de Cannabis Medicinal OEDCM en colaboración con otros equipos de investigación a nivel internacional evidencian que el cannabis tiene un potencial terapéutico enorme en el contexto oncológico y del que, por desgracia, aún se sabe demasiado poco debido a la falta de fondos invertidos y al poco interés social ya que ni pacientes, ni médicos, ni familiares, apoyan este tratamiento.

“A los estudiantes de medicina no se les habla del sistema endocanabinoide. Cuando un médico comienza su carrera profesional tras terminar sus estudios universitarios no dispone de la herramienta del cannabis, porque nadie le ha hablado de ello.” Dra Cristina Sánchez.

Estos veinte últimos años de investigación del OEDCM y de otros grupos a nivel internacional han servido para demostrar a nivel preclínico, es decir, a través de ensayos con animales, que los cannabinoides detienen la evolución del cáncer en sus tres etapas.

  • Etapa I: Proliferación descontrolada (células que adquieren mutaciones y crecen sin control).
  • Etapa II: Angiogénesis (el tumor crea vasos sanguíneos de los que se alimenta aumentando su tamaño)
  • Etapa III: Metástasis (células tumorales viajan por el torrente sanguíneo y crean un nuevo tumor en otra parte del cuerpo)

Para entender cómo la marihuana interviene en este proceso conviene saber que todas nuestras células pueden optar por cuatro opciones vitales, cuatro opciones fisiológicas:

  1. Quiescencia (estado de reposo)
  2. Proliferación (generar nuevas células similares)
  3. Diferenciación (convertirse en una célula funcional del hígado, del corazón, etc.)
  4. Muerte (una opción fisiológica como otra cualquiera)

Sabiendo lo anterior, la marihuana tiene la capacidad de activar la opción vital de suicidio, el programa de muerte y lo activa de manera selectiva, es decir, sólo activa este programa en las células tumorales, no en las células sanas.

Tras tantos años de investigación es posible explicar qué es lo que pasa dentro de la célula cuando recibe el estímulo de un cannabinoide, como por ejemplo el THC. El equipo de OEDCM sabe qué es lo que pasa cuando una célula cancerígena es expuesta a la acción de un cannabinoide y cuál es el proceso por el que termina muriendo.

Y lo que sucede es que los cannabinoides desactivan la proteína AKT de las células tumorales que es la encargada de mantener con vida a la célula. Cuando esta proteína está activa la célula está viva, cuando se inhibe, la célula muere por suicidio celular, o apoptosis.

Además, los diferentes estudios realizados, han demostrado que al combinar un tratamiento tradicional antitumoral y un tratamiento con cannabis tiene un efecto sinérgico. Es decir, pongamos por caso que un tratamiento con quimioterapia mata cinco células tumorales. Por otro lado pongamos por caso que un tratamiento con cannabis mata otras cinco células tumorales. Pues bien, si estos dos tratamientos se hacen a la vez, entre ellos no matan diez células, sino veinticinco. Es decir, uno más uno, no es dos, si no que es cinco, es siete, etc.

Además del efecto antitumoral que ofrece el cannabis, también tiene otros beneficios para pacientes con cáncer en caso de sufrir cualquiera de estas alteraciones en su salud:

  • DOLOR - El cannabis es una buenísima herramienta terapéutica analgésica. Alivia el dolor.
  • NÁUSEAS - El cannabis acompaña a los pacientes en terapias anticancerígenas que generan náuseas y vómitos para evitar estos síntomas. Es una potente herramienta antiemética.
  • ANSIEDAD- Sirve como ansiolítico en determinadas dosis.
  • APETITO - En pacientes con terapias anticancerígenas muy agresivas la pérdida del apetito empeora mucho la calidad de vida de los pacientes. El cannabis estimula el apetito mejorando su calidad de vida.
  • SUEÑO - Muchos pacientes oncológicos sufren problemas a la hora de conciliar el sueño con la consecuente pérdida de calidad de vida. El cannabis lucha contra el insomnio.

A la vista de todos estos datos estremece saber cuánto se podría haber avanzado en todos estos años si se hubieran apoyado estas investigaciones, no hace falta ser ingeniero para darse cuenta de que a los laboratorios no les interesa avanzar en este camino por una razón obvia, para beneficiarnos de las propiedades terapeúticas del cannabis no los necesitamos a ellos y sus pastillas, nos vale con una plantita que todo el mundo puede tener en su casa.

Claro que ¿sólo depende del sector privado y de intereses particulares la investigación del cáncer o también participa el Estado? Porque si es así habría que reclamar a nuestros políticos y a nuestra clase médica que se esforzaran mucho más en este sentido, avanzar en la investigación y no sólo del cáncer, resulta que el cannabis ha demostrado su notable eficacia también en el tratamiento de muchas otras enfermedades; párkinson, artrosis, epilepsia, esclerosis, glaucoma, autismo, anorexia, ansiedad, adicción, insomnio, dolor crónico, migraña, lupus, etc, etc, etc.

Estamos seguros de que, dentro de 100 años, esta ilógica “naturaleza” de las cosas se verá como una suerte de inquisición, claro que, mientras los lobbies de la industria farmacéutica tengan tanto poder y mientras nuestros políticos soslayen afrontar de una vez este tema, todo lo referido al cannabis, las cosas seguirán como hasta ahora.
Una verdadera pena.

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Publicado en: Sociedad

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